martes, 26 de octubre de 2010

8º Respuesta - El des-entendimiento dialéctico

Querido Santiago:

Me es un poco jodido ésto de buscar pelos al huevo, quintas patas al gato. Sí, es como una función que me voy dando y redando a medida que leo tus circunstancias (en la carta no sólo están tus palabras, sino esa oficina del demonio, esas gentes imprimiendo cosas que van a ser tiradas, todo eso terrible), y digo: Santiago se encuentra en estado de pérdida, Santiago está a punto de darle valor a las camisas, a las cafeterías, a las charlas sobre el clima, a todo ese discurso "intra-ciudad".

Muros rígidos están siendo construidos, y quizá dejen pasar cartas nuestras, pero muy seguramente no dejarán pasar ese "espíritu" o esa metafísica que envuelve el ritual de escribirnos y transitar, aunque sea en el modo de verbos, puentes Zárate Brazo Largo, pueblitos y pueblotes.

Concuerdo con vos en eso de la escritura como hecha para el "abuso del libre albedrío". Yo debo buscarme mi propia voz y ejercerla con las mismas palabras que usa tu voz, distinta de la mía. (Harto complejo, los espectadores seguramente andarán como medio aturdidos, mirando su sombra, y viendo cómo se trazan los alfabetos, y diciendo "todo esto es muy raro")

Por eso, para no aturdir al mismo tiempo que no quiero minimizar ésta tragicomedia, voy a las milanesas: Màs allà de las palabras y las voces, es necesariio la dialéctica, esa "cosa" en el diálogo, partes que por ser positivas/negativas se niegan/afirman para llegar a una síntesis donde encontrará la tan bendita VERDAD.

Quiero decir: Santiago deberá encontrar su verdad haciendo que éstas partes medias separadas dialoguen a través del tan "venidoabajo" correo postal. Porque en caso contrario, los muros se erigirán, y los campos de Entre Ríos, donde me encuentro, serán sólo por sí mismos y no por no ser la ciudad en la que te encuentras -vulcanizándote por estar en una oficina, en el circo de corbatas y clics con el mouse-. Y viceversa.

Mi postura es clara: mantener el nombre Santiago y a la hora de explorarlo, ver cómo hay un sendero-nombre que se bifurca en dos direcciones: Entre Ríos y Buenos Aires.

La dialéctica está planteada. No podemos defraudar a nuestro nombre.

Está todo muy dicho para mí.

Un abrazo,

Santiago.-

viernes, 22 de octubre de 2010

8º Espístola - La esperanza del verbo.

Santiago:

Sabemos muy bien los dos (los dos, no los medios, que quede clarito) que la escritura es patrimonio del anonimato y de todo “lapiz-papel-mano-conocimiento de las convenciones necesarias” existente, ni mío ni tuyo. Así puede ser daga para el homicidio, también puede ser daga para el suicidio. La escritura no anda con preferencias, la escritura en tanto cosa “para lo que dé”, está dándonos una oportunidad única: poder acabar con este dilema de "una sola voz en dos espacios diferentes, que ejerce descaradamente instrumentos epistolares, para fracasadamente sanar las anomalías de la voz partida", y así pueda unirse aunque sea un poquito.

¿Dónde esta el origen de la voz bipartita? No creo que en Buenos Aires o en Entre Rios haya habido una explosión que repercutió en alguno de los dos. O sea, yo no tengo el origen del movimiento y vos sos solo una consecuencia de este tremendo embrollo. Pongamos que es onda circulo esto, o para no irnos de la vulgata, esto es “onda ropa en un cuarto, tirada desde hace meses, abandonada al desorden y a la desclasificación”.Por eso, nada de echarnos culpas, ya esta todo terriblemente caótico, es tiempo de resoluciones y no de búsquedas de móviles y victimas.

Yo reconozco que en arranques de desquicie urbano incurro en la necesidad de individualismos y autonomías casi –casi- imposibles.

Y digo casi porque ésta es la oportunidad de poner a la escritura como modo de destrucción de tragedias: cada uno tomará el alfabeto y en combinaciones disparatadamente azarosas nos buscaremos las personalidades únicas singulares irrepetibles y sobre todo con números enteros (ya las fracciones nos deben dar terror, mas allá de que no todas las fracciones plantean medios). Con una aclaración a todo esto: nadie deberá pasar formulas y estados de situación al otro porque eso otorgará huellas que el otro querrá imitar por nostalgias pasadas –viste como somos todos cuando el desarraigo nos mueve la tectónica de placas.

Los caminos ahí se bifurcarán, las enterezas se volverán más recurrentes, desaparecerán las rememoraciones frente a la taza, en el banco de plaza hasta sobrará espacio. Tantas cosas, Santiago, tantas cosas.

Estoy convencido de que estamos a punto de iniciar un fin de ciclo, con la escritura de “nuestro” lado, salvándonos la carencia, y la desesperación. Porque, decime la verdad ¿no te despertás por las mañanas y sentís que los puentes y las rutas y Zárate y Retiro y oficinas y pueblos que nos separan duelen y hacen de contractura y pensamiento vago?

Vamos, podemos, Santiago. Estoy convencido. Se vienen nuevos tiempos.


Santiago.

lunes, 18 de octubre de 2010

7° Respuesta - El divorcio

Mi muy estimado otro:

Por lo que veo, me estás planteando un fin a nuestra religazón, a nuestra unicidad (salvo las rutas que se nos interponen y las lecturas diferidas y las interferencias de radios y radios locales).

Ahora yo pregunto, porque si pregunto lo que voy a preguntar es porque tengo una paz que no puedo enviar por carta -lamentablemente, muy lamentablemente-: ¿tengo la culpa yo de tu tremendo infierno de medioautodestrucción?

Me permito recordarte que este juego de ser parte de un "uno" no implica suponer que así como si nada los campos y los razonamientos de todos los que participan van a ser despedidos, sin más "empleo" que no devenga en huelga y malaria por meses y meses en las calles y por qué no en los pueblos interinos. Los finales convergen en imágenes que no tendrán más su valorización -osea, ese puente, esas vías muertas, esos hombres en el bar, esas mujercitas en la oficina, esa taza caerán en la chatarra sucia sin nada más a reinterpretarse-.

Los dos hemos asumido una responsabilidad en éste compromiso epistolar: vos desde una oficina, y yo desde la tremenda inmovilidad de un pueblo de Entre Ríos. Hemos decidido reafirmar una contradicción super importante en la vida de nosotros como "un unico ser".

No, así las cosas no deben ser, Santiago ¿O te creés que la escritura está de tu lado?

Eso es lo que creo, al releer tu última carta. Que de algún modo estás reafirmándote tomándo la decisión de acabar esto de cartas van cartas vienen, mate de por medio, vuelvo a leer, y vuelvo a concluir lo mismo la pucha, la pucha.

¿La escritura está de tu lado? No, no está de tu lado, voy a dar batalla. Porque si estás escondiendo debajo de toda esa desdicha un profundo existencialismo para vos solito, te digo que acá la filosofía es de a dos, de a dos.

La escritura no está de tu lado.

El otro (sí, sí, el otro).

viernes, 15 de octubre de 2010

7º Epístola - Las derrotas y las reconstrucciones

Media parte:

Quizà sabés media historia de la historia total que implica producir cartas y esperar las respuestas. Y relfexionar, reflexionarse, nunca con la total convicción de ser un Auto del todo, sino medio auto-nomo y medio auto-mata. Depender de tus respuestas piadosas, y volver a pensar ¿hice algo mal como media parte?

Mientras tanto, hay tantas formas de destruir ésta filosofía: los espejos, fundirse en las gentes, identificarse con las flores, y los ventanales de los colectivos de noche (donde uno se percibe en situación de viaje dos veces en una vez). De algún modo, habrà que comprender que las partes desprendidas de uno quedan en las calles, en terminales, en puentes Zàrate Brazo Largo, como plata tirada, de nadie, y luego apropiada por alguien o algo. Así,habrà que de algún modo enajenarse, a la fuerza, cerrando y abriendo los ojos, apretando puños. Y charlar como si nada con esa normal del escritorio de al lado, mientras en su facebook pasan fotos y fiestas de hace cinco horas. Y con la otra desdichada porque a la vuelta manzana no hay nadie que la conozca y le de abrazos y un vaso con agua. Y con ese que chatea conmigo, y hace que me duela màs estar en semejantes condiciones de asalariado y existencialista (mala combinación).

¿Y entonces? Entonces aceptar que hay un solo espacio un solo tiempo para uno sòlo, sin medias partes a quien reclamarles, sin medias partes para esperar. Los bancos de plaza se llenaràn y las tazas se usaràn del todo cuando ya las partes disgragadas se transformen en nuevos sistemas, y ahí tal vez, tal vez, la paz y solamente el salario a fin de mes.

Un saludo grande,

Santiago (el único).

miércoles, 13 de octubre de 2010

6º Respuesta - El sí mismo.

Mi mucha muy olvidada parte opuesta:

Las introducciones cada vez se agotan en especiales por el simple hecho de querer innovar. Tengo la sensación de esforzarme en éstas y en otras pelotudeces siempre que te escribo,pensar introducciones, discutirme finales y condescendencias para con vos, y ahora hablar del pelo de la barba, cosas que descolocan, que hacen de la paz sólo un intervalo o una marihuana. Siempre termino acà, en el barcito, pensando que si estarás bien que si esas harpías seguiràn entre el papel para la impresora y las quejas dentro de la oficina. Ah, mi medio, no quisiera emplearme todo para imaginarme tu desdicha y la radio como fondo, y la tragedia de mantenerte con la misma ropa, sin gritar ni desesperarte.

Por eso, porque quizà las cartas de alguna forma aportan al equilibrio nunca llegado, pero de algún modo intentado, voy a proponerme a hablar de pelos y de barbas -todo lo que sea necesario-. Pero, pero, pero ¿no pensaste que hay otros modos de poder establecer la fuga y el delirio liberador?
No te comas la metáfora del bigote, te recomiendo que manllès otras metáforas, como esa del alma, que se encuentran en librerías de saldo.

Y volvemos con autoayudas. AUTO-ayuda, ayudarse a sí mismo, ¿de clase de "auto" somos nosotros? Habría que preguntarnos frente al espejo.

Un cariño. Y pido disculpas por el delirio, nunca coincidente con el tuyo.

El otro.

martes, 5 de octubre de 2010

6º Epístola - La errancia

Mi muy de buen humor otro yo:

¡Hola! ¿Cómo estarás? Acá los días de ciudad se tornan criadero de alimañas en estado de retirada y de avanzada: algunos acaban con sus respectivos amores del invierno pasado, otros compran entradas para algunos de los megaconciertos que seducen oidos y vista, modas contramodas. Y si no te llegan noticias de los últimos cortes de calles que hicieron que una marea de militantes inunde los baños de un Mc Donalds, pero nunca irse sin poner un "JP EVITA"o un"HASTA LA VICTORIA" o "HASTA EL (FRENTE) PARA LA (VICTORIA)", y esa clase de etcéteras que abarcan izquierdas y centroizquierdas.
Así la cosa se expande, y se vuelve como una levadura siempre invadiendo lo que antes no tenía nombre o significancia para mí. Un proceso de "expansión de la pregunta primera" afecta desde el sonido del despertador del celular, hasta la palabra de última hora ("apaguen la luz, déjenme dormir, buenas noches, ufff").

Pero el efecto más extraño o mejor diríamos más novedoso, es la desnaturalización de lo partido que estoy. Osea, tu ajenidad se me hace hueco en la sábana o oficina usada a modo de rompezabezas. Por eso te escribo con ésta voz que no es la voz del que juega a que no estás. La voz del que asume la partición, la piensa, la mastica (y no necesariamente en las horas del almuerzo o de la cena, sino en intervalos de colectivos sin llenar.

Y ahora digo: "Esto es serio."

¿Que media parte esté en ese campo jugando a que está a la vez en una oficina del Estado es lo mismo que media parte que está en la ciudad juegue a que a la vez está en el campo?
Creo que en todo estos meses tuve una sensación de metáfora. Me comí la figura retórica y me cayó mal.

Vuelvo a repetir: "Esto es serio"

Voy pensando en que no tengo respuesta, porque las preguntas me las hago y me las olvido de que existen ¿Será que juego a que dudo?
Mientras tanto, me estoy dejando el bigote, así los gatos de mi casa ya no me reconocen, así puedo reconquistar a las caras que veo en el espejo, así puedo charlar pelotudeces con vos.
Por eso, ¿cómo anda tu pelo o tu barba?

Hablemos más seguido.

Te extraño tanto que debo usar el liquidpaper para borrar muchas veces lo que volvería a escribir. Y así reafirmar éste deseo de volver a reencontrarte.

El otro.

viernes, 1 de octubre de 2010

5º Respuesta - La metamorfoseada

A mi desgraciao Otro:

Lamento generar ilusiones esporádicas en hombres de oficina como usted, el juego a veces se sobrepasa y olvida que usted tiene un corazón sensible y luego rápidamente apela a los libros de auto-ayuda para aliviar malestares y tragedias como ésta que está pasando. Es decir, no hay tal investigación sociológica, no hay tales ganas de quien le escribe de hacer algo con canciones que son pertinentes a su cosmovisión urbana y de Luna Parks y Gran Rex llenos para ver a seres del comercio de las pasiones tales como Sanz o Arjona.

(ésto que escribí arriba es sólo para ponerte a prueba, a ver si te sorprendía esta incomprensión de mi media parte hacia tu media parte)

Bueh, bueh...me salgo de este tono im-personal, para retomar la confianza, el saber de qué forma agarrás la taza, y la forma opuesta en que yo agarraba la misma taza. Los puntos opuestos de la circunferencia-punta de la taza, retomando la oposición yo-otro.
¿Y los libros de autoayuda? Ellos no comprenden realmente sino es con metáforas hiper abstractas éste fenómeno. Dicen: "hay que encontrarse con uno mismo"¿Y si el uno mismo se ha tomado un viaje de aquellos que no quiere volver? Los problemas son las respuestas habidas en el mercado, a bajo o alto precio. El problema es tu búsqueda constante de inteligibilidades.
Así nacerán las desgracias, como también nacerán las luces de la calle Corrientes, o esa caminata que no pregunta sino que busca la librería de saldo, el polvo sobre el libro de hace diez años. Serán veinte pesos.
Un poco menos del precio que pagarías por venir a buscarme ¿Preferís la respuesta adelantada -a priori- o esa pregunta que se extiene como en círculo tocando los puntos de tu casa, tu oficina, algún aula de la facultad, algunas caras, y el borde de ciertas veredas?

El otro.