Querido Santiago:
Me es un poco jodido ésto de buscar pelos al huevo, quintas patas al gato. Sí, es como una función que me voy dando y redando a medida que leo tus circunstancias (en la carta no sólo están tus palabras, sino esa oficina del demonio, esas gentes imprimiendo cosas que van a ser tiradas, todo eso terrible), y digo: Santiago se encuentra en estado de pérdida, Santiago está a punto de darle valor a las camisas, a las cafeterías, a las charlas sobre el clima, a todo ese discurso "intra-ciudad".
Muros rígidos están siendo construidos, y quizá dejen pasar cartas nuestras, pero muy seguramente no dejarán pasar ese "espíritu" o esa metafísica que envuelve el ritual de escribirnos y transitar, aunque sea en el modo de verbos, puentes Zárate Brazo Largo, pueblitos y pueblotes.
Concuerdo con vos en eso de la escritura como hecha para el "abuso del libre albedrío". Yo debo buscarme mi propia voz y ejercerla con las mismas palabras que usa tu voz, distinta de la mía. (Harto complejo, los espectadores seguramente andarán como medio aturdidos, mirando su sombra, y viendo cómo se trazan los alfabetos, y diciendo "todo esto es muy raro")
Por eso, para no aturdir al mismo tiempo que no quiero minimizar ésta tragicomedia, voy a las milanesas: Màs allà de las palabras y las voces, es necesariio la dialéctica, esa "cosa" en el diálogo, partes que por ser positivas/negativas se niegan/afirman para llegar a una síntesis donde encontrará la tan bendita VERDAD.
Quiero decir: Santiago deberá encontrar su verdad haciendo que éstas partes medias separadas dialoguen a través del tan "venidoabajo" correo postal. Porque en caso contrario, los muros se erigirán, y los campos de Entre Ríos, donde me encuentro, serán sólo por sí mismos y no por no ser la ciudad en la que te encuentras -vulcanizándote por estar en una oficina, en el circo de corbatas y clics con el mouse-. Y viceversa.
Mi postura es clara: mantener el nombre Santiago y a la hora de explorarlo, ver cómo hay un sendero-nombre que se bifurca en dos direcciones: Entre Ríos y Buenos Aires.
La dialéctica está planteada. No podemos defraudar a nuestro nombre.
Está todo muy dicho para mí.
Un abrazo,
Santiago.-
Querido y admirado Rafael: ¡Qué linda carta la tuya! Inclusive el papel (perdón: sufro del complejo de Pensar) es magnífico (sabrás que soy une amoureuse de papier à écrire, una Gaspara para la Stampa de la estampa, una Louisse Labbé de las imprentas, una Mariana Alcaforado de los tipos (no confundir), una Sajo (no confundir) de todo aquello que sea papel, si bien tengo preferencias, ya justificadas, ya irracionales.)[Carta de Alejandra Pizarnik a Rafael Squirru]
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