domingo, 5 de octubre de 2014

Declaraciones previas a la circulación del mundo

Antes de que la comunidad de durmientes abran los ojos y copen los espacios, quisiera dedicarles esta poesía empezada en 2011 y recién ahora, tres años después, retomada.

¿Qué quería decir allá por 2011?
¿Diego, Ezequiel, Leandro?
¿Quería decir algo de mí?

O más bien, el pasar de la filosofía como el pasar de las semanas.
Y de la planificación, de las entelequias, a las patadas, a las sumergidas, a las cruzadas,
a la humildad de este 2014, anónimo, intrascendente.
Sólo perdura, siendo gris, el miedo, el dolor, la incertidumbre
Gris, digo, sin monumento, sin honores.
Solamente perdurando.

Ah, de a poquito los libros, son cosas juntando polvo, son cosas que reemplazan
el que no haya nada.

¿Qué quería decir allá por 2011?

Seguro estas cosas era un por decir, pero ahora se justifican
en el vacío de lo no dicho (que ha perdido su oportunidad),

Carta a la noche

Estimada Noche,

Tiempo, tiempo, tiempo
pensar en las cosas del día
pero de tiempo tiempo tiempo
Las casas habitadas, los cuerpos habitados
las miradas miradas, las miradas vistas
Fabricio, Diego, Ezequiel, Leandro, Papá
Manos tendidas, últimos andenes
Todo terminado, solamente vos, nochecita de octubre
Ocurriendo, desplegando el manto aún sin tejer
Y por eso, estas memorias acabadas, como insumos
para el presente, para inventar lo que venga.
Noche, tiempo, tiempo, tiempo,
inventame algo nuevo que quiero despedirme
de rostros, duelos, dolores, culpas, promesas incumplidas
sumergime en invenciones, en proyectos de 27 años
quitame los engaños y los reproches, las calles están vacías
los bares, los cafés, las plazas, las iglesias,
Todo está vacío, y aunque fueron reposo
Hoy están solas.
Así quiero ser de nuevo,
un vaso, una oquedad, un tomar aire
Y empezar de nuevo.
Con todo.
Con todos.
En todo.
En todos.