martes, 17 de mayo de 2011

El desvío necesario

Querido estado de las cosas:

Hoy me toca escribirte a vos, abstracta y reflexiva, pensante y tormentosa a la vez, sólo para profundizar los compromisos que han surgido en la vida de este humilde escribiente.
Estado de las cosas, quizá siempre seas la carencia y la transición de todo hombre, nunca el cenit o la plenitud de los seres que nos proponemos horizontes de realización. Parecería que las palabras de un libro de autoayuda siempre te rememoran como el "paso para". Pienso en la piedra, en la planta, en el reloj que no tendrán nunca un estado de las cosas, sino que serán el testimonio de la transición que nos toca a nosotros, los hombres, percibir fatalmente.
Entonces, estado de las cosas, veo cómo en el patio de atrás de casa hay verdes que se tornan cadáveres, hay otros que resisten a pesar de los nublados de la mañana, los hay quienes se esconden en el magenta o en el amarillo patito. Eso es, vaya que si, una transición porque sé , que percibo el pasar, que vendrán tiempos futuros para esas cosas. Pero ellas no, nosotros tenemos el don o el defecto de tener un estado de las cosas
Mientras tanto,a nosotros, ¿qué nos aguarda aparte de mañanas y noches, de aires frios y calientes? Por mi parte, creo, me esperan ciertas cosas que surgen como pujando por mis discursos y por mis ocupaciones. Extrañas cuestiones acerca de la ciencia y la tecnologia que surgen para que yo las desentrañe y las comprenda hasta donde me dé el pellejo.Es extraño pero, estado de las cosas, no sé si vos estás conspirando con tus colegas, o yo estoy planeando una rebelión contra vos para cambiar de estado de cosas.
Es decir, ¿quién quiere acá la transición, vos o yo?
Aii, perdoname, los seres en las calles me dirán que sos abstracta y sin voluntad de ser y blablabla, yo necesito creerte un poco más humana para sentirme menos superhombre. Y ante cualquier destino hermoso o trágico que surja en la vida de este escribiente, no quisiera sentir que quien escribe estas lineas es el héroe del relato, bastante protagonismo nos damos entre los hombres como para seguir pensando que no existe más que seres humanos y pensantes y no estados de las cosas vivientes y pensantes.

Espero que veas lo bueno y benevolente que soy con vos.


Hasta nunca


S.-

miércoles, 11 de mayo de 2011



Estimado muñequito de ayer:

Sabés que la traición de la memoria se debe a selecciones que, de algún modo, justifican mi intención de vivir como si estuviese en un relato. Y el otro día andaba sentado en el patio de lo de mi tía, haciendo encajar el vuelo de una libélula con la paz de la tarde, y como siempre la combinación fue parfecta y coincidente con la sucesión del relato.

Pero vos, muñequito de ayer, apenas tengo que recordar que exististe ayer para poder hacerte encajar en la continuidad de la historia construida. Apenas eso. Ni tu risa, ni tu modo de doblar esquinas, ni el amor por la flora o la fauna. Nada de eso. Solo saber que has tenido un breve pero consistente paso por la metáfora del tiempo y el espacio. Lo demás será triturado y echado a las fieras que todo hacen desaparecer.

Es un modo redentor para convencerme de que me levanto por las mañanas y que hay un ciclo de sueños y de realidades. Y que un muñequito de ayer fue el protagonista de intervalo anterior del calendario. Un ternura me sobreviene, saber que existió algo así como vos, que apenas recuerdo, y que olvido mismo de la infinidad de características y detalles a lo mejor hermosos y divinos me incentiva a especular con vos.

Y en esa especulación, en esa pregunta por lo acabado, tengo la justificación de armar las cosas mas extrañas y endosártelas , muñequito de ayer, como queriendo pensar que vos me las enseñaste.