viernes, 15 de octubre de 2010

7º Epístola - Las derrotas y las reconstrucciones

Media parte:

Quizà sabés media historia de la historia total que implica producir cartas y esperar las respuestas. Y relfexionar, reflexionarse, nunca con la total convicción de ser un Auto del todo, sino medio auto-nomo y medio auto-mata. Depender de tus respuestas piadosas, y volver a pensar ¿hice algo mal como media parte?

Mientras tanto, hay tantas formas de destruir ésta filosofía: los espejos, fundirse en las gentes, identificarse con las flores, y los ventanales de los colectivos de noche (donde uno se percibe en situación de viaje dos veces en una vez). De algún modo, habrà que comprender que las partes desprendidas de uno quedan en las calles, en terminales, en puentes Zàrate Brazo Largo, como plata tirada, de nadie, y luego apropiada por alguien o algo. Así,habrà que de algún modo enajenarse, a la fuerza, cerrando y abriendo los ojos, apretando puños. Y charlar como si nada con esa normal del escritorio de al lado, mientras en su facebook pasan fotos y fiestas de hace cinco horas. Y con la otra desdichada porque a la vuelta manzana no hay nadie que la conozca y le de abrazos y un vaso con agua. Y con ese que chatea conmigo, y hace que me duela màs estar en semejantes condiciones de asalariado y existencialista (mala combinación).

¿Y entonces? Entonces aceptar que hay un solo espacio un solo tiempo para uno sòlo, sin medias partes a quien reclamarles, sin medias partes para esperar. Los bancos de plaza se llenaràn y las tazas se usaràn del todo cuando ya las partes disgragadas se transformen en nuevos sistemas, y ahí tal vez, tal vez, la paz y solamente el salario a fin de mes.

Un saludo grande,

Santiago (el único).

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