lunes, 30 de agosto de 2010

2°Respuesta- Aproximación al vacío

Queridote:

Me encuentro en un momento de plena dedicación a tu pregunta. Caminé por la ribera del Río Paraná, para ver si la gitana que atiende por esos pagos seguía cobrando barato para contestar boludeces como la que preguntás. Pero no, no estaba. Tuve que sentarme en un banquito de por ahí a putearte mientras se achicaba la claridad del horizonte este a medida que era ocaso.

"Vacio en las pampas y/o espacios abiertos": Aquella que percibieron los que debían montar campamentos en las fronteras con el indio. Poetas militares que se acercaron politicamente a recepcionar la línea que divide el cielo de la tierra pura. "Todo está hecho para hacerse" decían seguramente. Aquí poblaremos, convertiremos, labraremos, compraremos, venderemos...en conclusión, conquistaremos. En resúmen, un vacío negado por un futuro prometido de abundancia, de progresos que llenarían las oquedades que presentaba el panorama.

"Vacío en las oficinas": Si el vacío en los campos estaban percibidos para ser habitados, los vacíos de la oficina ya están llenos. Osea aquí la operación es macabra e inversa: había un vacío primero, que fue llenado con el blanco papel, con el borratinta y los sellos de nuestros nombres,y todo esto dió lugar al vacío segundo: una oquedad que llena y abunda, que hace de materia. Y nosotros necesitamos mas de lo habitado que de lo que falta habitar. El que perciba el "vacío llenado" o bien "vacío de materia" -personas como vos- intentará neuróticamente despojarse de toda esa materia tétrica, y querrá escaparse hacia el "primer vacío", el cual apunté anteriormente. Pero sigue siendo vacío, sólo que es un vacío que actualmente tiene la percepción de anacronismo, de tiempo consumado. No quiero decir, aclaro, que ese hombre que necesita salir de vacíos de oficinas quiera una frontera con el indio.Sino que sin darse cuenta, y por obra de los tiempos compartidos y las agencias de turismo, el oficinista necesitará del vacío que está por llenarse para retroceder casilleros (hace como si retrocediera en el tiempo) para no seguir avanzando hacia el desquicie; ese desquicie de los que terminan entre pastillas y poemas preguntándose qué es lo que sobra, y así comienzan a hacer un arqueo de su patrimonio personal.

Espero que tengas menos ganas de acortar distancias conmigo para cagarme a puteadas, y me dejes un poquito de romper el escroto.

Un abrazo,

El otro.

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